Al gran escritor peruano Ricardo Palma (1833-1919) no se le pudo haber ocurrido que, 54 años después de su fallecimiento, se estrenaría en los cines de todo el mundo una película que fue un éxito de taquilla, titulada El Exorcista (1973). Pero no por eso dejó de contribuir con su granito de arena al tema. Lo que sigue es un resumen de una de sus “Tradiciones”, titulada “La Endemoniada”:
El gran escritor peruano Ricardo Palma
En la Lima virreynal del siglo XVI, el primer arzobispo de la ciudad, Fray Jerónimo de Loayza, enfrentaba un problema endemoniado: Ursulita, linda muchacha, en la flor de su juventud, sufría continuos desvaríos que, en lugar de disminuir, aumentaban en intensidad y en frecuencia a medida que pasaban los días. Convencido de que el diablo la había poseído y desoyendo el consejo de un doctor, que afirmaba que la enfermedad de Ursulita se curaba con marido, nuestro arzobispo ordenó que llevaran a la joven a la Catedral, donde un canónigo, experto en el arte de alejar malos espíritus y restablecer la tranquilidad mental, hizo uso de todas sus habilidades para extirpar a Satanás del cuerpo de la doncella.
Uno de los tantos libros que se han escrito sobre el exorcismo
Pero cuantas más oraciones, conjuros y ritos realizaba el canónico, más se retorcía la muchacha, profiriendo blasfemias y amenazas a voz en cuello. Luego de algunas horas, el monje se declaró vencido. El demonio había ganado la primera batalla. El arzobispo pensó que había llegado la hora de arreglar el asunto personalmente, y ordenó que trasladaran a la mocita a la capilla del hospital de Santa Ana, recientemente fundado. Al igual que el canónico, poco pudo hacer el Arzobispo Loayza para hacer entrar en razón a la bella jovencita. El rey de los infiernos había ganado la segunda batalla.
Y así hubieran quedado las cosas si el dominico fray Gil González no se hubiera enterado del asunto. Joven y gallardo, se apresuró a visitar al arzobispo, asegurándole que, esta vez sí, mandaría al maligno al lugar de donde vino. Razonando que nada se perdería con probar, el arzobispo aceptó la propuesta del fraile, quien pidió que la joven sea encerrada en una celda de su convento, donde sólo podía entrar el fraile exorcista. Allí fue sometida a una estricta dieta de pan y agua.
Un fraile joven
Y por fin, la chica recuperó la serenidad y se le declaró exorcisada, curada, tranquilizada, sosegada. Pero ¿cómo hizo fray Gil?, ¿qué pasó? Nada, sólo que a los nueve meses Ursulita dio a luz un diablito.
Un diablito
Si el amable lector desea leer la tradición original, escrita en la incomparable pluma del gran Ricardo Palma, sólo tiene que buscarla en internet; allí está.
REFERENCIA: Tradiciones Peruanas, del escritor Ricardo Palma.