Uno de los guerreros más inteligentes que han existido, Alejandro Magno tenía una habilidad extraordinaria: En algunas ocasiones podía hacer que su enemigo hiciera exactamente lo que él quería que hiciera.

Si yo cambio, todo cambia: Los tres últimos deseos de Alejandro Magno
Alejandro Magno

Luego de una victoria aplastante sobre el imperio persa, Alejandro se dirige ahora a la India, donde lo esperan dos grandes obstáculos: dos enormes ríos, el Indo y el Hidaspes. Pero lo que para otros son dificultades, para él son sólo oportunidades de poner a prueba su habilidad para resolverlas. Primero tiene que cruzar el Indo, en cuya orilla opuesta se encuentra Taxila, la ciudad del rey Ambhi. Al igual que lo sucedido en Egipto, donde se rindieron ante Alejandro sin pelear, el rey Ambhi decide colaborar, y de ese modo salvar su ciudad y su vida. Superado el primer obstáculo, Alejandro dirige su ejército hacia el río Hidaspes. Pero esta vez las cosas no serán tan fáciles. En la otra orilla se encuentra un rey tan orgulloso y guerrero como él: el Rey Poros, un verdadero gigante para su época pues se afirma que medía 1.90 metros. Rechaza la invitación de Alejandro para evitar el derramamiento de sangre e incluso lo desafía. A lo lejos, de orilla a orilla, los dos adversarios se ven. Alejandro sabe que si simplemente cruza el río con su ejército, sus hombres serán blancos fáciles de las flechas del enemigo.

Aquí es donde Alejandro pone en juego toda su astucia. Decide sorprender a Poros, cogerlo por sorpresa. Pero ¿cómo?

Como primer paso, Alejandro encarga que lleven a su campamento grandes cantidades de víveres y provisiones de granos y cereales. Con esto hizo creer al rey Poros de que él no tenía intenciones de cruzar el río todavía, sino que esperaría hasta la siguiente estación, cuando su nivel y su caudal hubieran disminuido.

Como segundo paso ordena que una parte importante de su ejército recorra la orilla hacia el Norte y hacia el Sur, una y otra vez, haciendo pensar a Poros que estaba buscando un lugar por donde cruzar, no en esos días, sino para la siguiente estación, tal como ya se indicó. Poros, en la orilla opuesta, lo seguía también con casi todo su ejército. Pero Alejandro siempre regresaba a su campamento. Luego de algunas semanas, Poros, fastidiado, en vez de estar movilizándose arriba y abajo con casi todo su ejército, decide quedarse frente al campamento de Alejandro y establece una red de vigías a lo largo de su orilla. Esto es exactamente lo que quería Alejandro.

una falange macedónica

La Falange Macedónica: Formación de los Soldados de Alejandro en Batalla

El siguiente paso de Alejandro es…. cruzar el río. Luego de aproximadamente dos meses y protegido por la oscuridad de la noche Alejandro moviliza una parte de su ejército. Acostumbrado a estos movimientos erráticos de su adversario, Poros no presta demasiada atención. Ventisiete kilómetros corriente arriba Alejandro comienza a cruzar el río Hidaspes. Poros, totalmente engañado, ni siquiera se imagina que en esos momentos Alejandro y su ejército están cruzando el río. Esta empresa no es tarea fácil; las aguas turbulentas del río dificultan grandemente el desplazamiento de hombres y caballos. En medio de una oscuridad total y con el peso de espadas, arcos y flechas los soldados de Alejandro luchan para no hundirse. Para agravar más la situación, comienza una tormenta y llueve copiosamente. Pero esto último tendría su lado positivo: los vigías de Poros se pusieron a buen recaudo de la lluvia, retrasando el momento en que se dieron cuenta que el enemigo se les venía encima.

Como es de esperar, finalmente los vigías se dan cuenta de lo que sucede y un jinete sale a toda carrera a avisar a su rey. Tomado por sorpresa Poros mira desesperado hacia la otra orilla y le parece ver a todo el ejército de Alejandro allí. Este, muy astutamente, había dispuesto a sus tropas de manera que, vistas desde la otra orilla, hacían creer al enemigo que tenía al frente a todo el ejército. Poros se encuentra ante una disyuntiva: si decide ir aguas arriba a enfrentar a Alejandro, el enemigo que tiene al frente cruzará el río y él quedará atrapado por el frente y por la retaguardia.

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Alejandro al frente de sus tropas
Poros no tiene manera de saber dónde está el grueso del ejército de Alejandro. Decide entonces enviar una pequeña parte de su ejército (aproximadamente un 15 por ciento) a enfrentar a Alejandro, creyendo que el grueso de su ejército está frente a él. Al mando de este contingente, compuesto de caballería y carros de combate, está su hijo, también llamado Poros. Pero los arqueros de Alejandro logran inmovilizar a la caballería enemiga, y sus carros se tornan inútiles al atascarse en el fango producido por la lluvia. Alejandro no tiene problemas para avasallar a esta falange. El joven Poros también muere. Algunos pocos sobrevivientes regresan al campamento e informan a Poros de lo sucedido.

Muy contrariado y con más de la mitad de su ejército Poros decide ir al encuentro de Alejandro. La infantería de Poros es casi el doble de la de Alejandro, pero la caballería de Alejandro supera a la de Poros en una proporción de 3 a 1. Por lo tanto, Alejandro confía en su caballería para ganar la batalla. Poros dispone a la mitad de su caballería en su flanco derecho y a la otra mitad en el flanco izquierdo. Alejandro se dispone a atacar el flanco izquierdo de Poros adelantando la mitad de su caballería. Poros ordena a su caballería del flanco derecho que vaya en auxilio de la otra mitad. Eso es exactamente lo que quería Alejandro, quien ordena que la mitad de su caballería que no se había adelantado, dé un rodeo al ejército de Poros, de modo que logra quedar en posición de atacar a la retaguardia de toda la caballería de Poros. Estando prácticamente entre la espada y la pared, la caballería de Poros es masacrada.

Alejandro y su Ejercito batiendose contra los Elefantes de la India, y el ejercito del Rey Poros. Alejandro marca el limite de su imperio hacia el este y emprende la vuelta, una que le llevara a pasar miles de peligros, y ante los malios es herido de gravedad temiendose incluso por su vida al atravesarle una flecha su pulmon izquierdo. Tres meses de recuperacion requiere el Mas Grande para sanar.

Alejandro contra los elefantes de guerra
Mientras tanto, la infantería de Alejandro recibe refuerzos de soldados que continúan cruzando el río, y lo hacen de manera que pueden atacar la retaguardia de Poros. A pesar de contar con elefantes de guerra, muy bien entrenados, Poros no logra inclinar la balanza a su favor. Los hombres de Alejandro reciben la orden de atacar con sus lanzas a los elefantes en su único punto débil: sus ojos. Poros sigue luchando con valentía, pero a sus hombres les falta espacio, están rodeados por el enemigo y no pueden desenvolverse; la caballería de Alejandro envuelve a la infantería de Poros.  Luego de varias horas son derrotados. Alejandro ordena que se respete la vida de Poros, quien aún pelea sin desmayo. Por fin le envía un emisario pidiéndole un encuentro. Aquí Alejandro le pregunta: “¿cómo he de tratarte?” y Poros responde: “Trátame como a un rey”. Alejandro, impresionado, respetó la vida de Poros. Seguramente por eso se le llamó “magno”.

Esta es la manera como Alejandro sorprendió y venció al rey Poros. El río Hidaspes, que era el aliado del rey Poros, que evitaba que Alejandro lo atacara de frente, simplemente terminó siendo el aliado de Alejandro, pues gracias al río pudo tomar por sorpresa a su enemigo. Convirtió un obstáculo en un medio para alcanzar la victoria.

¿Qué impulsaba a Alejandro a conquistar más y más territorio? Su enorme imperio se extendía desde lo que hoy es la penísula helénica, el medio oriente, la India y Egipto. Los libros de Historia nos dicen que combatía por el honor y la gloria, por querer hacer algo que nadie más había hecho antes. Pero a mi modo de ver, su motivación era muy diferente. Se imaginan ustedes a Bruce Lee en un empleo de ocho horas, de lunes a viernes, sentado ante un escritorio, llenando un sinfín de papeles o escribiendo incansablemente en la computadora. Es casi imposible imaginar eso pues todos sabemos que la pasión de Bruce Lee era pelear, ponerse a prueba frente a otro luchador. Pero ¿porqué? Simplemente porque él sabía que era muy bueno en eso y convirtió la lucha en la razón de su existencia, dedicándole todo su tiempo.

El Blog de Maverick: Unidad 4 del Siglo de Oro Ateniense al Imperio Macedónico - Historia I - Fac. Comunicación Social UPB
El Imperio de Alejandro Magno

De la misma manera, es muy difícil imaginar a Alejandro viviendo en un palacio, rodeado de sus súbditos, atendiendo las cuestiones de estado, administrando su inmenso imperio y envejeciendo tranquilamente. Eso no era para él. El quería probarse frente a otros reyes, derrotarlos en el campo de batalla, pero no por superioridad numérica, o por poseer mejor armamento o por alguna otra ventaja material. El quería derrotarlos con inteligencia y astucia. Alejandro podía, con un golpe de vista, analizar la situación de la batalla, la disposición de su infantería, caballería, arqueros y la del enemigo y cambiar de táctica sobre la marcha, si era necesario. La excitación que sentía Alejandro en el supremo momento de la batalla, cuando de sus decisiones dependían la vida de miles de sus soldados y la suya propia, era algo indescriptible, algo sin lo cual no podía vivir. Y por eso, al terminar una batalla ya estaba pensando en otra, y en otra, sin importarle cuánto territorio conquistaba. Luego de tantas batallas sus hombres, cansados, le pidieron regresar al hogar, a Macedonia; él se negó. Querían quitarle su “vicio”. Pero, a regañadientes, tuvo que claudicar al enterarse que las demás tribus de la India, dejando de lado sus diferencias, se habían unido contra el invasor, formando un ejército de 300,000 hombres. Comprendiendo que era una empresa imposible emprendió el camino de regreso.

Alejandro no volvió a ver su tierra. A mitad de camino, con tan sólo 33 años de edad, murió en circunstancias no esclarecidas. Algunos historiadores dicen que se cayó del caballo, otros que murió de terribles fiebres, otros que fue envenenado y otros que fue una enfermedad lo que causó su muerte. Lo cierto es que sus hombres quedaron anonadados, sin saber qué hacer. Alejandro no dejó un claro sucesor y su gran imperio terminaría dividiéndose en varios reinos.

Alejandro no conoció la derrota y es, en mi opinión, el guerrero más capacitado que ha existido. Generales de nuestra época han estudiado y siguen estudiando sus tácticas. Incluso, en la Guerra del Golfo, el general Norman Schwarzkopf usó una de sus tácticas, envolviendo y derrotando al ejército iraquí.

REFERENCIAS: Wikipedia y videos de youtube.