Un día, cuando tenía seis años, estaba alardeando ante mi tía Rosa de que ya sabía preparar limonada. Para esto, agarraba un vaso, lo llenaba de agua, le echaba unas cucharadas de azúcar, lo revolvía con una cucharita y listo! Estaba muy orgulloso de que a una edad tan temprana ya podía preparar una limonada. Mi tía mencionó algo de un limón, pero yo ni la escuchaba, yo seguía deleitándome con mi deliciosa bebida. Para mi pequeño paladar, el agua azucarada era lo máximo y cualquier cosa que le agregara, incluyendo un limón, podría echarla a perder.
Han pasado ya algunos años y a veces me sigo preparando una limonada, tanto en mi casa como en el trabajo, sobretodo cuando tengo cierta urgencia de tomarla para prevenir que me salgan heriditas en la boca, o que tenga principios de escorbuto. Pero resulta que en el trabajo sólo tengo media hora para almorzar; así que para ahorrar tiempo, hay ocasiones en que sólo le echo el jugo del limón a un poco de agua y me lo tomo de prisa.
Osea, antes me preparaba la limonada sin limón, y ahora me la preparo sin azúcar. “Cómo cambian los tiempos Venancio” es una bonita canción de Los Compadres de Cuba, que te invito a escucharla en youtube.
REFERENCIAS: Para el artículo: ninguna. Para las fotos : internet.