Esta novela consta de un prólogo y siete capítulos.

PROLOGO

¿Quién no se ha enamorado alguna vez? o, ¿quién no se ha sentido atraído o atraída por alguien del sexo opuesto, en algún momento de su vida? En mi caso, recuerdo que la primera vez que me pasó fue cuando tenía cuatro años. Mi hermano de siete y yo estábamos “enamorados” de una chica (una mujer para nosotros) que atendía en una lavandería, muy cerca de donde vivíamos. Posteriormente, un año después, en el Jardín de Infantes, me sentí muy atraído por una linda chiquita de mi edad, llamada Carolina. Recuerdo que una vez le regalé unas figuritas que había recortado de una revista LIFE que había en mi casa; ella las recibió muy agradecida, diciendo que le gustaban.

               Una niñita muy bonita

Pero estas “atracciones” no me quitaban el sueño; yo seguía jugando con mis hermanos y con mis amigos como cualquier niño de su edad; era algo muy circunstancial. Cuento esto para hacer ver que estas cosas pueden empezar muy temprano en la vida. Quién no conoce el caso del niñito que se enamora de su maestra.

                   Niño enamorado de su maestra

Es probable que al lector le haya pasado lo mismo, pero me he encontrado con mucha gente que me dice que no recuerda nada de lo que hizo cuando tenía cinco años, y algunos suben esta edad hasta los diez.

           Pareja de jóvenes enamorados

La siguiente vez que me ocurrió fue a los nueve años. Estábamos en el entierro de mi abuelita y allí conocí a mi prima Julia. Me pareció la niña más linda que había visto en mi vida. Se parecía a María Schneider, la actriz que actuó en “El Ultimo Tango en París”.

             La actriz María Schneider

Pero, por supuesto, estoy hablando aquí de los llamados amores platónicos. El amor, tal como lo entiende la gente es otra cosa. Recién saliendo de la adolescencia leí en un libro que “estar enamorado es habitar en el plano más elevado de la vida”. Creo que no le faltó razón a la persona que escribió estas palabras. O tal como dice la canción de Jerry Rivera titulada Amores Como el Nuestro, “del amor nadie se salva, y eso es así”.

                    El cantante Jerry Rivera

Todos hemos visto a dos imanes que se atraen. Lo que no podemos ver es la fuerza que hay entre ellos, es invisible; sólo podemos ver que los imanes se juntan. Pero la fuerza de atracción de dos personas enamoradas es mucho más poderosa y también es invisible; podrían estar alejados de un extremo a otro de la Tierra, y continuarían atrayéndose, pensando el uno en el otro, deseando con ansias el momento en que vuelvan a estar juntos.

                        Imanes atrayéndose

No sé si estoy equivocado, pero creo que esta época tan feliz de nuestra existencia nos llega sólo una o dos veces en nuestra vida. Y a veces puede durar muy poco, un mes, un año. Dichosos los que conservan esta llama viva por más tiempo. Hay matrimonios que lo logran por varias décadas, y sólo nos queda felicitar a los integrantes de estas parejas por tan excelente logro. Espero estar en un error y ojalá que estos matrimonios felices sean más frecuentes de lo que yo pienso.

                                   Enamorados toda la vida

La historia que nos ocupa es justamente de esos momentos en los que uno vive sólo para la otra persona. Un tiempo en el que te parece que todo te sale bien y que el mundo ríe contigo. Es un período muy alegre, lleno de risas y de sonrisas.

                        Enamorados riéndose

Una etapa más alegre aún que cuando ya eres oficialmente el enamorado o la enamorada, porque cuando ya lo eres oficialmente hay algunas cosas que dejan de ser chistosas, como que ya no tienes que esforzarte tanto porque ya lo conseguiste, y te sientes con más libertad de expresar tus desacuerdos, de imponer tus ideas y hasta de criticar algo que no te guste de tu pareja, cosa que antes ni siquiera se te ocurría. Es como una luna de miel y en el momento en que ella o él da el sí, se acaba. He visto a muchas otras parejas antes de ser enamorados, alegres, riendo, felices. Y las he visto después, a los pocos días, cuando ya son enamorados, abrazados pero serios, ¿a dónde se fueron las risas? Con esto no quiero decir que uno siempre deba estar riéndose, sólo quiero hacer notar que la diferencia que yo vi en esas parejas era muy notoria.

                                        Enamorados molestos

Claro, luego viene la satisfacción de los besos y probablemente de algo más, pero es diferente; ya sabes que la tienes o lo tienes, no estás con la incertidumbre, no estás preguntándote “¿me aceptará?”. Cada etapa en la vida tiene sus satisfacciones y depende de cada uno de nosotros en no echarlo a perder. Pero esto es mucho más fácil de decirlo que de hacerlo. Generalmente aprendemos por experiencia, por prueba y error. ¿Quién conoce, hoy en día, a alguien que se haya casado con su primer enamorado o su primera enamorada? Creo que lo mejor que uno puede aportar a la relación, es tener el firme convencimiento de que todos tenemos nuestras virtudes y nuestros defectos, y tratar de pasar por alto lo malo y elogiar lo bueno que cada uno tiene, sin criticar, sin juzgar. Claro que si la persona tiene mucho de malo se supone que la relación no prosperará; eso es la teoría, pero en la práctica son muchas las parejas en las que uno o los dos se sienten atrapados y no terminan la relación por miedo a la soledad, por factores económicos, por no dejar a los hijos sin sus dos padres o por muchas otras causas.

                         Una familia de cuatro miembros

Espero que esta historia le traiga al lector recuerdos de su propia experiencia, de esos momentos maravillosos, cuando “perseguía a la chica o al chico”, cuando esperaba con ansias sus whatsapps, sus textos, sus correos, sus llamadas telefónicas, sus cartas o el día o la hora en que se iba a encontrar con su “dulce tormento”. O como dice la canción de Oscar se León, Detalles, “a cada rato la llamabas, y por ella preguntabas, muchas veces fastidiabas,…”

              El cantante Oscar de León

Y para quien todavía no tiene estos recuerdos o experiencias, este relato le puede dar una idea de lo que le espera vivir.

REFERENCIAS: Para el artículo: ninguna. Para las fotos: internet.